"Lo del dedo no es nada, tuve un poco de dolor después del partido ante Corea pero ya estoy listo". Con estas palabras Diego Forlán disipa cualquier duda sobre su estado de forma -ha trabajado un día a menor ritimo- para afrontar el histórico duelo ante Ghana en los cuartos de final. Y es que la perspectiva de luchar por meter a Uruguay en las semifinales 40 años después puede con cualquier dolor que pueda aparecer a estas alturas del campeonato.
También está ayudando y mucho a aliviar la carga de partidos la ilusión que perciben los jugadores de la afición uruguaya. Son muchos los kilómetros de distancia, pero la fiebre que ha despertado la selección está presente en la concentración de Kimberley. "Sabemos que Uruguay está vibrando con nosotros y lo daremos todo para que la afición siga disfrutando. Vamos pasito a pasito para ver si pueden disfrutar un poco más", reconocía Forlán. Basta con saber que la bandera uruguaya ya escasea en los comercios para entender la fiebre que ha desatado el gran papel de los de Tabárez en Sudáfrica.
Por supuesto, como bien indica Forlán, la euforia se queda a las puertas del vestuario: "Sabemos que no podemos confiarnos, pero estamos tranquilos, descansando para coger fuerzas y estar listos para luchar ante Ghana. Sabemos que en un Mundial no hay nada fácil". La consigna en el equipo, por lo tanto, parece clara: máximo respeto al rival y máxima concentración para intentar ganarlo. De momento, lo frutos han sido buenos.
También está ayudando y mucho a aliviar la carga de partidos la ilusión que perciben los jugadores de la afición uruguaya. Son muchos los kilómetros de distancia, pero la fiebre que ha despertado la selección está presente en la concentración de Kimberley. "Sabemos que Uruguay está vibrando con nosotros y lo daremos todo para que la afición siga disfrutando. Vamos pasito a pasito para ver si pueden disfrutar un poco más", reconocía Forlán. Basta con saber que la bandera uruguaya ya escasea en los comercios para entender la fiebre que ha desatado el gran papel de los de Tabárez en Sudáfrica.
Por supuesto, como bien indica Forlán, la euforia se queda a las puertas del vestuario: "Sabemos que no podemos confiarnos, pero estamos tranquilos, descansando para coger fuerzas y estar listos para luchar ante Ghana. Sabemos que en un Mundial no hay nada fácil". La consigna en el equipo, por lo tanto, parece clara: máximo respeto al rival y máxima concentración para intentar ganarlo. De momento, lo frutos han sido buenos.
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