En el vestuario de Uruguay se respiraba aire a derrota. El 0-0 no fue un mal resultado teniendo en cuenta el empate previo de Sudáfrica y México en Johannesburgo. Sin embargo, no había nada que festejar.
En cierta manera se tomó como una buena señal. Bien podría pensarse que se puede minar el ánimo del equipo, pero el presidente de la AUF, Sebastián Bauzá, cree todo lo contrario, porque a su entender la actitud asumida demuestra la mentalidad ganadora con la que llegó el equipo a la Copa del Mundo.
Gran parte de la explicación del silencio en el camarín fue por la roja que recibió Nicolás Lodeiro en su debut mundialista. "No puedo hablar; estoy destrozado", fue lo único que atinó a decir el volante del Ajax al pasar por la zona mixta casi corriendo, mirando al piso y levantando el brazo izquierdo como pidiéndole disculpas a los periodistas uruguayos que esperaban por él. Resultó notorio que subió al ómnibus llorando y no era para menos. Tanta ilusión por jugar un Mundial y empezar con una tarjeta roja.
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