Aplausos y más aplausos. Por segunda vez en Sudáfrica 2010, Diego Forlán fue elegido el MVP del partido. Corrió hasta el último segundo, hizo dos goles y acercó el sello al pasaje de octavos.
Como no podía ser de otra manera, y a pesar de que varios se pusieron la Celeste, más blanca y linda que nunca, y dejaron todo en Pretoria, hubo uno que hizo la diferencia: Diego Forlán, dueño de la mitad del triunfo.
El uruguayo fue elegido como mejor jugador del partido, según FIFA, y con razón. No solo por los dos goles, sino por la entrega y el volumen de juego mostrado.
"Lo importante no es que haya marcado dos goles sino que hayamos ganado. Es una victoria del grupo", fue lo primero que dijo el delantero cuando terminó el encuentro. "No importa quién haga los goles, hoy me tocó hacerlos a mí, mañana le tocará a otro", declaró.
El primero fue un golazo, de esos para deleitarnos con las repeticiones. Le pegó como venía desde afuera del área y la colgó en un ángulo. El segundo fue de penal, soberbiamente rematado.
"El equipo está bien", aseguró Forlán. "Hoy estuvimos bien sólidos" dijo, "y el equipo se va sintiendo mejor". Fue MVP en ambos partidos de Uruguay, es el goleador del Mundial y el gran haceedor de esta victoria de Uruguay, que no llegaba desde Italia 1990.
Fue un titán en toda la cancha, no tiró la toalla en ningun momento, y dejó todo para sellar a medias el pasaje a octavos. Ah, y es el goleador del Mundial.
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